Tuesday, May 11, 2010

La Casa de Bernarda Alba

Este ensayo lo hice para mi clase de lite y me gustó, así que aquí lo dejo para compartirlo.

La construcción de la definición de género, espacios públicos y privados en La Casa de Bernarda Alba

Mucha gente afirma que en la sociedad actual todo ha cambiado, y cuando me refiero a todo hablo sobre la forma de ver al género, a hombres y mujeres, en lo privado y en lo público. Pero la realidad es que no mucho es diferente. Ana de Miguel Álvarez, en La situación de las mujeres en el espacio público, opina que: “la situación comparativa entre los sexos continúa sin experimentar cambios revolucionarios. Es decir, las mujeres han cosechado enormes éxitos si comparamos su situación con la de hace cincuenta años, pero no es así si lo que comparamos es la situación entre varones y mujeres en la actualidad”. Cuando una mujer se embaraza, ésta todavía tiene que casarse, y si no lo hace es mal vista; el hombre es el que trabaja mientras que la mujer es la encargada del hogar; si una mujer es ambiciosa es una perra, si el hombre es ambicioso es inteligente. “…nuestra cultura ha convertido el propio concepto de <> en un concepto límite, en un insulto o una maldición. La mujer pública es la puta, aquella que al no pertenecer a ningún varón en particular por medio del matrimonio pertenece a todos en general.”

La acción de La Casa de Bernarda Alba sucede en un ambiente rural y tradicionalista en el que las costumbres todavía se siguen al pie de la letra, al menos en lo público, y en donde se deben mantener las apariencias, porque, después de todo, un ambiente rural significa un “pueblo chico, infierno grande”. Tras la muerte del jefe de familia, en la obra, las mujeres de la casa le deben guardar el luto y recluirse en su casa sin tomar parte en lo que sucede en el exterior.

“BERNARDA.- Pues busca a otro, que te hará falta. En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Hacemos cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó en casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Mientras, podéis empezar a bordar el ajuar. En el arca tengo veinte piezas de hilo con el que podréis cortar sábanas y embozos. Magdalena puede bordarlas.”

De acuerdo a Paloma Bonfil, en su artículo Niñas e indígenas: Desigualdad en los sistemas de educación en México, “el desempeño de estas funciones sociales “hacia fuera” aún es privativo de los varones” . Se refiere a las funciones sociales cuando habla sobre “la construcción de ámbitos definidos de poder y status, de acción pública y de gestión por vías no tradicionales” . Como ya mencionaba anteriormente, los puestos de poder, ya sea político, económico, o de cualquier otra índole, todavía están reservados para el género masculino.

El primer paso para la definición del género en la vida humana se da en la educación, ya sea en la casa o en una institución. En La Casa de Bernarda Alba podemos ver la educación que se da en casa, con respecto al género, en palabras de Bernarda:

“BERNARDA.- Aquí se hace lo que yo mando. Ya no puedes ir con el cuento a tu padre. Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón. Eso tiene la gente que nace con posibles.”

En este fragmento Bernarda da a entender que la mujer está hecha para quedarse en casa y realizar las tareas del hogar, mientras que el hombre es el que debe salir a trabajar y hacer el trabajo “rudo”. En la actualidad las mujeres también tienen la oportunidad de ir a la escuela pero son los hombres los que se pueden “realizar” profesionalmente, y como Bonfil menciona: “Es también un hecho reconocido, aunque parcialmente aceptado, que la desigualdad de género se expresa en la diferencia de oportunidades de niños y niñas (hombres y mujeres) para acceder, permanecer, prolongar y aprovechar la escuela” .

Para la mayoría de las mujeres, al salir de la universidad, se espera que se casen y formen una familia, no que encuentren un trabajo y lleguen a ser exitosas., como en el caso de los hombres. Como dice Bonfil: “Gran parte de esta diferencia remite tanto a una escala de valores implícitos –con las variantes que imprimen los contextos culturales específicos e interiorizados en la familia-, como a una socialización diferenciada para niños y niñas, con sus propios y respectivos escenarios y proyecciones”

En este párrafo la autora toca el tema de lo público y lo privado. Ciertamente las diferencias de género se dan tanto en lo privado, que es la familia, como en lo público, que es la sociedad. Cada una tiene un escenario propio y con diferentes expectativas, pero al final con una misma mentalidad. En la sociedad mexicana de acuerdo a estudios disponibles: “…cuando se considera adecuado que las niñas asistan a la escuela, muchas veces los padres interrumpen el ciclo escolar de sus hijas cuando consideran que han adquirido los elementos básicos para desempeñar las funciones asociadas a su género: “que no las engañen en el mercado”, “que sepan tomar el camión (ómnibus), “que puedan hacer las cuentas cuando van a vender sus artesanías”.”

Y es que las mujeres no deben saber más de lo que es debido, como se presenta en la obra:

“BERNARDA.- ¿Qué cuenta Pepe?
ANGUSTIAS.- Yo lo encuentro distraído. Me habla siempre como pensando en otra cosa. Si le pregunto qué le pasa, me contesta “los hombres tenemos nuestras preocupaciones”
BERNARDA.- No le debes preguntar. Y cuando te cases, menos. Habla si él habla y míralo cuando te mire. Así no tendrás disgustos”

El hombre, por su parte, puede hacer cuánto guste, sin temer las consecuencias sociales, mientras que las mujeres no. Así lo explican Amelia y Martirio en La Casa de Bernarda Alba:

“AMELIA.- Y ese infame, ¿por qué no está en la cárcel?
MARTIRIO.- Porque los hombres se tapan unos a otros las cosas de esta índole y nadie es capaz de delatar”

Los hombres pueden hacer cuanto les plazca tanto en lo público como en lo privado, pero las mujeres deben mantener esa imagen pura y recatada con la que todos caracterizan al género femenino. Es por esto que en La Casa de Bernarda Alba al final se debe ocultar el error de Adela y fingir que nada ha ocurrido:

“BERNARDA.- Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! (A otra hija.) ¡A callar he dicho! (A otra hija.) ¡Las lágrimas cuando estés sola! Nos hundiremos todas en un mar de luto. Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!”

A la mujer se le conceden características como abnegación, sacrificio, compasión, piedad y dulzura. Si una mujer se sale de estos estándares entonces es criticada. Es por esto que no forma parte de la vida social y política del país. “La mujer se convierte en patrimonio o reserva moral de la humanidad en su conjunto y de cada varón en particular. Y para no corromper cualidades tan necesarias al bienestar y progreso sociales la mujer queda enclaustrada en la esfera de lo privado, velando la santidad de su familia.”

En los últimos años se ha tratado de cambiar estos hechos. No es que haya una falta de participación femenina en la política, porque la hay y ciertamente hay quienes quisieran hacer más, pero el área de oportunidades es baja. El género femenino no se encuentra, en la actualidad, a la par del masculino. Aún hay puestos y acciones reservadas para ellos, pero la situación está cambiando. El debate es ¿con tiempo, se logrará llegar a una igualdad? En mi opinión, y a reservas de sonar optimista, se logrará un cambio y tal vez, algún día, veamos a una mujer en un puesto de poder.

Fuentes de información

García, F. (1997). La casa de bernarda alba. México, D.F.: Nuevo Talento
Sichra, I. (Ed.). (2004). Género, etnicidad y educación en américa latina. Madrid: Ediciones Morata.
De Miguel, A. La situación de las mujeres en el espacio público.

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